Hoy en día, la saturación de mensajes publicitarios vía mass media es más que evidente, así como la necesidad de explorar cada resquicio que la “rutina del consumidor” deja a las grande marcas, o no tan grandes, para influir en sus hábitos de consumo.
¿Se imaginan un barrio al completo anunciando las magníficas propiedades desinfectantes del detergente de moda?
El único medio capaz de conseguir algo así con un coste marginal por unidad de soporte publicitario, son en efecto, las bolsas de plástico. En éste caso las dispensadas en su supermercado de proximidad, el sus barrios, el de toda la vida.
Imagínense, un barrio en el que cada jubilado/a es un “anuncio con patas”, imagínense a esas mamás preocupadas volviendo a casa tras la compra, paseando las magníficas propiedades desinfectantes del detergente de moda. Inconscientes anunciantes pasivas de nuestro producto.
Definitivamente, las bolsas de plástico son un soporte a explorar por anunciantes y publicistas, incluyendo también a las grandes marcas ligadas al consumo, com algunos supermercados americanos, que ya utilizan la denominada práctica del “catabag” – del Inglés “catalog” (catálogo) y “bag” (bolsa).
¿En que se basa el catabag? La razón fundamental de la existencia del catabag es la de utilizar las bolsas de plástico como soporte / escaparate de los productos distribuidos por la misma empresa que proporciona las bolsas de plástico es el punto de venta. Para esto algunos supermercados americanos adaptan sus catálogos al formato de impresión que corresponde a cada tamaño de bolsa de plástico distribuida. Generando un random de impresión consiguen mostrar sus ofertas, precios y productos a la gran mayoría de sus propios clientes, después y muchas veces durante, el proceso decisorio de la compra.
Con todo esto podemos asegurar sin temor a equivocarnos, que las bolsas de plástico pueden ser utilizadas como soporte publicitario de gran rendimiento y rentabilidad, al menos en los segmentos/mercados mencionados.
Según estudios propios de asociaciones vinculadas a dichos sectores, el poder de fidelización de la publicidad en las bolsas de plástico es tan desconocido como efectivo, ya que el cliente se verá en muchas situaciones en las que tras un proceso de compra satisfactorio, seguirá recibiendo imputs sobre la calidad y precios de nuestros productos, generando también en una gran mayoría de ocasiones el efecto o venta denominada “cross-selling” o venta cruzada. Un cliente que fue a comprar productos de aseo personal vuelve para comprar carne de vacuno ya que en las bolsas de plástico vio que la calidad precio ofrecida le satisfacía.