El Jefe de Servicio de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa y Chris Goodall en su espacio de «Medioambiente: Vida verde y ética» del conocido periódico The Guardian , se ponen manos a la obra para explicar con argumentos sólidos y profunda investigación, lo falso de algunos mitos sobre el cuidado del medioambiente, como por ejemplo, la nueva corriente de «Bolsafobia» global.
Las consecuencias del calentamiento global a raíz de nuestras propias acciones suelen ser invisibles a nuestros ojos. Según Goodall no tenemos forma de saber realmente como y cuanto nuestro comportamiento individual afecta a la tierra.
Un ejemplo que él explica es, si preguntamos a nuestro alrededor qué acciones se pueden llevar a cabo para evitar el calentamiento global, se suele contestar de las primeras opciones el reciclaje doméstico. No obstante no se es consciente de que coger el avión para ir de vacaciones conlleva cientos de veces más impacto para el ecosistema que el no reciclar en casa. Como esto, muchos mitos y desinformación de la población son incluso más peligrosos y más contraproducentes para el medio ambiente que las empresas que tachamos de no cuidarlo.
Otro de los mitos expuestos en el artículo trata sobre las bombillas de bajo consumo. Las cuales creemos que son una forma de reducir el consumo en casa. Pero Goodall explica que la mejora es insignificante, en cambio nadie menciona el explosivo impacto de consumo que nos generan la nueva generación de TV de plasma.
Según el Servicio de Medo Ambiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa, en España, un ciudadano consumo de media 230 bolsas de polietileno al año. Parecen muchas pero, en términos de peso, estamos hablando de algo más de dos kilos anuales por habitante «no mucho más allá del 20% de las bolsas en cuestión van directamente del supermercado a la basura, sin haber sido ni reutilizadas ni recicladas.» En cambio los residuos urbanos a los que no tememos ni damos tanta importancia, acaban en vertederos, generando metano, un gas invernadero más activo que el propio CO2.
Es cierto que por el reciclaje de determinados plásticos crea contaminantes. Pero no peores que los miles que tenemos en las calles de todos los coches que pasan a nuestro lado cada minuto. Pero esa no es la percepción social, ni lo que transmiten las informaciones que recibimos.